El sentimiento de inadecuación física al no poder ajustarse a los parámetros prescritos por el ideal, genera también sentimientos de inseguridad que interfieren en el posicionamiento de muchas mujeres frente a las relaciones, dado que está sólidamente instalada en el imaginario colectivo la prescripción patriarcal de la incidencia determinante del aspecto físico de la mujer en la atracción masculina.